Todo comienza en un día de duelo, Sarah es una niña de 10 años que está en su habitación y viste un hermoso vestido negro, acaba de llegar del funeral de su hermanito Saul de 4 añitos. Tocan la puerta y son los padres de Sarah, quiénes le preguntan si quiere salir a comer, Sarah solo quiere estar en su habitación. Los padres respetan la decisión y se van. Ya es de noche y Sarah escucha ruidos en el patio; justo donde están algunos juguetes de Saúl que aún no han guardado. Sarah decide ir a ver, y encuentra a un Hombre muy desaliñado, jugando con ellos. El hombre de aspecto muy dulce se asusta con Sarah, y esto llama su atención. Decide invitarlo a la casa para darle de comer. El hombre nunca habla en toda la historia. Ya dentro de la casa, Sarah le cuenta lo que sucedió con su hermanito y le muestra una foto de Saúl, al hacerlo se da cuenta que el Hombre tiene un short y una franela idénticos al los que tiene Saúl en la foto. Solo que la ropa del Hombre está muy deteriorada y el dibujo de la franela está muy gastado. Es una hermosa historia de amor entre Sarah y su hermanito, el pequeño Saúl, que por una extraña razón, regresa siendo adulto. Juegos, risas y complicidad son el pilar de esta historia. Sarah oculta al Hombre y nunca nadie lo ve, algo particular es que este Hombre nunca come ni toma nada. Finalmente está Sarah adulta en un consultorio Terapéutico, contando todo lo sucedido con este hombre. Y al salir del consultorio, el Hombre está sentado en la sala de espera, toma la mano de Sarah y ambos se alejan, mientras el Terapeuta observa que Sarah toma a alguien de la mano pero aparentemente no hay nadie...